Un regreso a la oficina no es un regreso a la normalidad.
Regresar a la oficina hace que me duelan los pies. Durante meses, he trabajado únicamente en casa, donde me pongo pantuflas en invierno y voy descalzo cuando hace buen tiempo. Por el contrario, un día en la oficina significa usar zapatos de vestir con cordones que, al final del día, me dejan cojeando y con … Leer más