La Autoridad de Mercados y Competencia del Reino Unido (CMA) conmocionó a la industria tecnológica en octubre de 2023 cuando anunció su investigación sobre posibles prácticas anticompetitivas en el mercado de servicios de infraestructura en la nube del Reino Unido.
La CMA no está abriendo un camino solitario: los reguladores de todo el mundo –desde España y Dinamarca hasta Sudáfrica y (si hay que creer en los informes) Estados Unidos– están examinando diversos aspectos de la computación en la nube y su impacto en la competencia.
Este escrutinio debería haberse realizado hace mucho tiempo y supone un importante paso adelante. Durante demasiado tiempo, los reguladores han hecho la vista gorda mientras el mercado de la nube del mundo occidental se fusionaba silenciosamente en torno a sólo dos proveedores de nube.
Si bien estos gigantes tecnológicos sin duda han desempeñado su papel en una revolución industrial digital global, su dominio a menudo se acepta como una realidad inevitable e inmutable, incluso si se pudo haber logrado mediante prácticas anticompetitivas.
Esta aceptación implícita del status quo es una narrativa falsa porque existen alternativas. Los proveedores de nube retadores están listos para competir, pidiendo nada más que igualdad de condiciones.
Para que investigaciones como la de la CMA tengan éxito, es crucial que los tomadores de decisiones no permitan que los proveedores dominantes de la nube monopolicen la conversación y deben dar igual peso a las voces de esos desafiantes.
A principios del próximo año conoceremos el dictamen provisional de la CMA sobre las cuatro “teorías del daño” investigadas.
Estos van desde preocupaciones sobre prácticas de explotación de precios hasta barreras que impiden a los clientes cambiar de proveedor.
Durante el verano, la CMA propuso numerosos remedios para combatirlos. Si bien no podemos dudar de las conclusiones exactas, una cosa está clara: los proveedores de la nube retadores tienen puntos de vista sólidos y unidos, basados en décadas de experiencia acumulada.
Estos desafiantes ofrecen una dosis vital de realidad a lo que a menudo pueden convertirse en debates áridos y legalistas.
Si bien la industria puede ser culpable de utilizar jergas como “tarifas de salida de datos” y “prácticas de concesión de licencias anticompetitivas”, estos términos tienen consecuencias en el mundo real.
Pídale a un proveedor retador que le explique qué significan estas prácticas para su negocio y escuchará historias de jugadores dominantes que cobran tarifas exorbitantes a los clientes que intentan abandonar sus plataformas o aumentan drásticamente el costo de un software ampliamente utilizado cuando se ejecuta en el sistema de un competidor. nube. Estas prácticas tienen profundas implicaciones para la competencia.
Si la CMA puede crear un marco que permita la competencia, los beneficios se extenderán por todo el mercado. Los proveedores de nube retadores, con su agilidad e innovación, reducirán los precios, ampliarán las opciones de los consumidores y estimularán mayores avances tecnológicos. También ayudarán a abordar preocupaciones críticas como el riesgo de concentración de la nube y la resiliencia digital, que se vuelven cada vez más apremiantes a medida que crece nuestra dependencia de los servicios de la nube.
Lo que está en juego no podría ser mayor. No se trata sólo de los rivales y consumidores de hoy; se trata de preparar todo el ecosistema de la nube para el futuro. Los mercados emergentes como los de la IA y la computación cuántica (ambos muy dependientes de la infraestructura de la nube) no deben ser víctimas de un escenario en el que “el ganador se lo lleva todo”.
Un resultado así sofocaría la innovación y concentraría el poder de maneras que podrían amenazar la resiliencia digital global e incluso la seguridad nacional.
La CMA, junto con sus homólogos internacionales, tiene una oportunidad única y urgente de restablecer el dial. Este es el momento de marcar el comienzo de una nueva era de apertura, competencia y justicia en el mercado de la nube.
Los proveedores de la nube retadores estarán observando de cerca para ver cómo la decisión provisional de la CMA se traduce en soluciones significativas que beneficien no solo a la industria sino también a los consumidores, la economía en general y el futuro de la innovación digital.
Si bien los últimos doce meses pueden haber dado el pistoletazo de salida a la investigación del mercado de la nube, los próximos doce podrían ser cuando veamos comenzar un cambio real.