Grupo de expertos sobre sostenibilidad de TI: riesgo y resiliencia: dos caras de la misma moneda climática

Durante la ola de calor sofocante del Reino Unido este verano, muchas personas enfrentaron un desafío adicional a las temperaturas sofocantes: problemas para acceder a sus correos electrónicos, servicios de transmisión o elementos almacenados en la nube. Google, Amazonas y Oráculo todos experimentaron cortes de servidor mientras sus sistemas de enfriamiento luchaban contra el calor récord.

En un año de inundaciones, huracanes, calor extremo y sequía, era difícil pasar por alto la realidad actual del cambio climático. Pero para el sector de las TIC, esta fue una llamada de atención sin precedentes. A medida que las empresas lidian con su futuro climático, ¿pueden reducir su vulnerabilidad a sus impactos, al mismo tiempo que reducen las emisiones que los causan? Afortunadamente, la respuesta es sí, con la ayuda de la inteligencia climática.

Para un sector que se ocupa de conceptos “virtuales” como bytes y la nube, TI tiene una huella de carbono descomunal. “Cada clic y pulsación de tecla genera una pieza de datos que está respaldada por servidores físicos que requieren energía y refrigeración las 24 horas”, señala Wired. Esos servidores están alojados en aproximadamente ocho millones de centros de datos en todo el mundo, que utilizan alrededor del 3% de la energía disponible en el mundo y generan alrededor del 2% de sus emisiones de gases de efecto invernadero. Solo a través de su consumo de energía, los centros de datos tienen la misma huella de carbono que la industria de la aviación.

Mantener los servidores frescos requiere grandes cantidades de agua y energía, lo que se suma a la carga ambiental. En los EE. UU., se estima que los centros de datos consumen 1700 millones de litros al día. En un mundo que experimenta un estrés hídrico cada vez mayor, eso es un problema.

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“El uso global del agua se ha multiplicado por seis en los últimos 100 años y continúa creciendo”, advierte la UNESCO. “Combinado con un suministro más errático e incierto, el cambio climático agravará la situación de las regiones que actualmente sufren estrés hídrico y generará estrés hídrico en regiones donde los recursos hídricos aún son abundantes en la actualidad”.

El sector de la tecnología está liderando el cambio climático de muchas maneras, con algunos de los jugadores más importantes dando grandes pasos hacia, e incluso más allá, de sus objetivos de cero emisiones netas. Google iguala el 100% de su consumo de energía con fuentes renovables y compensa la totalidad de sus emisiones históricas en 2020. Microsoft se ha comprometido a ser neutral en carbono y “agua positiva” para 2030, y a compensar todas las emisiones heredadas para 2050. Apple dice que lo hará. llegar a cero neto para 2030, y Amazon tiene un objetivo para 2040.

No son solo las grandes corporaciones las que están poniendo la sustentabilidad en el centro de sus operaciones. La gestión de activos a lo largo de sus ciclos de vida es una función central de las estrategias de gestión de activos de TI (ITAM) de muchas empresas. Tiene buen sentido comercial: diseñe inteligentemente, invierta teniendo en cuenta los requisitos futuros y optimice la eficiencia y el uso, todo mientras reduce el desperdicio y el costo.

La aplicación de estos principios no solo al hardware, sino a la totalidad del centro de datos (o instalación de fabricación, mástil u otro activo construido), señala el camino hacia un futuro más sostenible y resistente para el sector.

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Los impactos y las tensiones del cambio climático se están acelerando en frecuencia e intensidad, y ahora están bloqueados durante décadas, independientemente de la rapidez con la que descarbonicemos. Ya le han costado al sector miles de millones: entre 2016 y 2018, los fenómenos meteorológicos extremos causaron daños por valor de 874 millones de dólares a una sola empresa estadounidense, AT&T. Lo que debemos hacer urgentemente ahora para mantener en línea la infraestructura de TI crítica del mundo es adaptarla a las condiciones sin precedentes que enfrentará.

Inteligencia climática

La inteligencia climática (CI) es inteligencia empresarial para gestionar el riesgo. Con CI, los profesionales de TI y los propietarios de fincas pueden observar cualquier activo construido en cualquier parte del mundo para identificar su riesgo de peligros como inundaciones, calor o sequía, y luego tomar medidas para reducirlo.

CI se puede utilizar para comparar las instalaciones o propiedades de una empresa con activos similares para garantizar que sigan siendo competitivos, analizar una posible ubicación de nuevo desarrollo o ver dónde podrían surgir problemas de suministro.

Para los operadores de centros de datos del Reino Unido afectados por el calor del verano, CI podría proporcionar información sobre cuándo, con qué frecuencia y con qué gravedad pueden esperar eventos similares en el futuro cercano, mediano o largo, permitiéndoles adaptarse en consecuencia.

Por ejemplo, CI podría indicar que las olas de calor o la sequía representan un riesgo físico significativo para los activos de TI. Adaptarse a estos riesgos podría significar actualizar a sistemas de refrigeración más eficientes energéticamente o que consuman menos agua, una situación en la que todos ganan para impulsar tanto la sostenibilidad como la resiliencia.

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En el Reino Unido, las inundaciones presentan un riesgo físico importante para la infraestructura de las TIC. El Comité de Cambio Climático advierte: “Mayor frecuencia de lluvias costeras, fluviales [river] o pluvial [rainfall] las inundaciones dañarán activos clave de TIC, como cables, mástiles, torres, centros de datos, centrales telefónicas, estaciones base o centros de conmutación”.

Pero los grandes avances en el aprendizaje automático, la IA y el poder computacional ahora crean CI que puede analizar el riesgo de inundación, y la necesidad de adaptación resultante, hasta el nivel de los activos.

En el Área Central de Dublín, CI nos dice que bajo un escenario de emisiones de “negocios como siempre”, las inundaciones costeras podrían afectar a más de 8,000 edificios, incluida la infraestructura de TI crítica, como centrales eléctricas y centros de datos. Con esta previsión clara, la industria puede actuar ahora para evitar daños y tiempos de inactividad más adelante.

Por primera vez, CI crea una imagen unificada del riesgo climático que integra tanto la descarbonización como la adaptación, lo que permite a las empresas de TI medir, monitorear y actuar sobre su progreso hacia la alineación climática de 360 ​​grados. Desde diseñar edificios más duraderos hasta garantizar que se pueda confiar localmente en los recursos críticos para el negocio en un futuro que cambia rápidamente, ahora es el momento de integrar la CI en la infraestructura de TIC.

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