“Vaya, me encanta pagar por un teléfono que no se puede mover de mi draconiana red de telefonía celular”, dijo nadie nunca. Pero ese parece ser el sentimiento del que se hicieron eco las redes estadounidenses AT&T y T-Mobile en respuesta a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC).
Las empresas se oponen a la regla propuesta por la FCC de que todos los teléfonos deben desbloquearse no más de 60 días después de la compra.
La FCC presentó la propuesta en una rara medida bipartidista, con los cinco comisionados (tanto republicanos como demócratas) a favor. La norma podría entrar en vigor 45 días después de su publicación en el Registro Federal, lo que haría que la nueva acción regulatoria entre en vigor a finales de este año o principios de 2025.
Tanto T-Mobile como AT&T han emitido objeciones, según informó Ars Technica. T-Mobile afirma que deshacerse de sus reglas que impiden desbloquear teléfonos prepagos durante todo un año provocaría que los subsidios se “reduzcan entre un 40% y un 70% para sus dispositivos de gama baja y alta”. T-Mobile aumentó recientemente su período de desbloqueo en teléfonos prepagos de 160 a 365 días para su subsidiaria Metro by T-Mobile (anteriormente MetroPCS), algo que la FCC señaló en su propuesta inicial en julio.
La respuesta oficial de AT&T fue similar. “Exigir a los proveedores que desbloqueen los teléfonos antes de pagarlos perjudicaría en última instancia a los consumidores al crear una presión al alza sobre los precios de los teléfonos y desincentivos para financiarlos en términos flexibles”, dijo el representante de AT&T. “Además, AT&T reiteró su preocupación de que la FCC pueda estar extralimitándose en su autoridad al imponer tales reglas”.
En mi opinión editorial, todo esto es jerga legal porque “si la FCC pone en práctica estas reglas, presentaremos una demanda para deshacernos de ellas”. Dada la naturaleza favorable a las empresas de muchos tribunales estadounidenses, que han obstaculizado gravemente la capacidad de las agencias federales para regular diversas industrias, hay muchas posibilidades de que las compañías prevalezcan si se llegara a eso.
Como observador desde hace mucho tiempo de la industria inalámbrica estadounidense y cliente obligado de los tres grandes operadores, sus quejas sobre el aumento de precios y la falta de efecto sobre la competencia me suenan huecas. Los operadores van a descontar teléfonos para intentar atraer nuevos clientes sin importar lo que suceda; lo han estado haciendo durante décadas.
Y la competencia ya ha superado este obstáculo. Verizon, generalmente uno de los operadores más restrictivos, desbloqueará los teléfonos pagados 60 días después de la compra, lo que permitirá a los clientes la libertad de comprar servicio celular de cualquier compañía que elijan.
Esto no es exactamente un movimiento altruista, como se acordó cuando Verizon obtuvo la licencia del espectro de 700MHz. Pero si Verizon puede ofrecer este tipo de póliza sin desventajas obvias durante los últimos cinco años, AT&T y T-Mobile realmente no tienen nada de qué quejarse.