¿Deberían despedirlo por comprar IBM?

“Nunca despidieron a nadie por comprar IBM”, una perogrullada empresarial desde los años 1960. Por un lado, el reconocimiento del desafío que suponen los grandes proyectos empresariales de TI; o menos caritativamente una admisión de cobardía corporativa. A medida que la tecnología se vuelve cada vez más crítica para el éxito, ¿pueden las empresas seguir confiando en las grandes marcas tecnológicas? ¿O los compradores de software interesados ​​en resultados deberían arriesgarse con los proveedores emergentes?

McDonald’s ha finalizado recientemente su prueba de un sistema de pedidos mediante IA, desarrollado por IBM, después de una serie de percances muy públicos, entre ellos la adición de 200 dólares en nuggets de pollo al pedido de un cliente y la adición de tocino al helado. Algunos analistas sugieren que el sistema procesó sólo el 85% de los pedidos correctamente y que el 20% de los pedidos requirió intervención humana.

En el Reino Unido, la ahora infame compra por parte de la Oficina de Correos de un sistema de software de contabilidad del gigante corporativo Fujitsu llevó a la falsa condena de cientos de subadministradores de correos por robo, fraude y contabilidad falsa, sobre la base de datos defectuosos en el sistema. La debacle ahora está siendo analizada minuciosamente en una investigación muy publicitada. Un claro ejemplo de que más grande no siempre es mejor.

La historia corporativa está plagada de ejemplos de importantes fallos de TI. Estuvo la implementación de SAP ERP de siete años de Lidl, que costó 500 millones de dólares y fue abandonada en 2018; el intento fallido de Hershey, valorado en 112 millones de dólares, de integrar su CRM de Siebel con SAP; y la pesadilla informática de 20 años de British Airways acosada por proveedores como Oracle y Service Now, por nombrar sólo algunos.

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Cuando se trata de infraestructura empresarial como ERP, EDP y CRM, el funcionamiento diario del negocio está en riesgo y los puestos de trabajo están en juego. Y cuando hay mucho en juego, es comprensible que los CIO recurran a las antiguas marcas de IBM, Oracle e Intuit. Pero es momento de preguntarse si ésta es realmente la mejor decisión que puede tomar para su negocio. ¿Estas empresas atraen al mejor talento técnico? ¿Han construido plataformas basadas en las arquitecturas más modernas, flexibles y seguras? ¿Podrán adaptarse a medida que su negocio crezca o quedarán atrapados en una deuda técnica?

Desde nuestro punto de vista en DN Capital, una firma de capital de riesgo centrada en respaldar empresas SaaS en etapa inicial, vemos las enormes ventajas que las empresas pueden obtener sobre su competencia al seleccionar nuevos participantes dinámicos y disruptivos sobre los tradicionales.

Por definición, las empresas respaldadas por capital de riesgo necesitan revolucionar los mercados en los que ingresan. Esto significa que abordan los problemas de los clientes con una mentalidad completamente diferente a la de los equipos de productos de grandes empresas tradicionales donde la innovación a menudo se ve sofocada por capas de burocracia, jerarquías arraigadas y décadas de deuda técnica. Crean productos para desafíos futuros, no para crisis actuales, lanzan actualizaciones en semanas, no en años, reaccionan rápidamente a las demandas de sus clientes y no dependen de sus marcas o consultores costosos para tapar las grietas.

Esta agilidad y nuevas ideas han llevado a casos en los que las empresas respaldadas por capital de riesgo ahora establecen el estándar en áreas de software empresarial. Tomemos como ejemplo a Snowflake, la empresa de datos en la nube que fue lanzada por tres exingenieros de Oracle en 2012 y creció con respaldo de riesgo hasta su oferta pública inicial en 2020, la oferta pública inicial de software más grande de la historia. A poco más de 10 años de su lanzamiento, Snowflake compite con las ofertas de Amazon, Google y Microsoft en almacenes de datos y establece el estándar para el sector.

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O mire a UiPath, que se fundó en Rumania en 2005 y creció con respaldo de riesgo hasta su oferta pública inicial en 2021 y está clasificada como líder del sector en RPA, superando a empresas como Salesforce, SAP y Microsoft en calificaciones de innovación y capacidad de ejecución.

En nuestra propia cartera vemos ejemplos de nuestras empresas de software ganándose la confianza de importantes clientes corporativos. Tomemos como ejemplo Incode, que ahora impulsa la incorporación digital y la verificación de identidad para muchos de los bancos más grandes de América Latina, como Banorte, CitiBanamex y NuBank.

No le sorprenderá que pensemos esto, pero ya es hora de que los CIO y sus equipos recurran a disruptores probados y respaldados por empresas a la hora de adquirir tecnología empresarial, o perder una ventaja competitiva.

Guy Ward Thomas es socio de DN Capital.

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