La computación en la nube sustenta innumerables aplicaciones, servicios e iniciativas empresariales. Sin embargo, la huella ambiental de estas actividades ha comenzado a ser objeto de escrutinio.
Los líderes de TI de hoy se encuentran en una encrucijada. Por un lado, deben adoptar la innovación (que incluye el uso de inteligencia artificial, aprendizaje automático y análisis de big data) para impulsar a sus organizaciones hacia adelante. Y también deben lidiar con las consecuencias ambientales de los centros de datos, el consumo de energía, las emisiones de carbono y los desechos electrónicos.
Entonces, ¿cómo pueden los líderes de TI lograr el equilibrio adecuado?
El primer paso implica profundizar en los detalles más finos de los activos del centro de datos y la nube de la organización. Ya sea en las instalaciones o en la nube, los centros de datos son el corazón de la infraestructura de TI moderna. Sin embargo, sus demandas de energía, emisiones e impacto ambiental potencial son sustanciales.
Se necesitan enormes cantidades de electricidad para alimentar los centros de datos y sus importantes sistemas de aire acondicionado. En América del Norte, esta energía a menudo se obtiene de redes eléctricas “sucias” que funcionan principalmente con combustibles fósiles, lo que genera emisiones de carbono particularmente altas. Si bien no todos los centros de datos son idénticos, algunos consumen actualmente la electricidad equivalente a 50.000 hogares individuales.
A partir de 2022, las emisiones globales de la computación en la nube superarán las de la industria de la aviación comercial.
Se estima que las emisiones globales de carbono procedentes de la computación en la nube representan entre el 2,5% y el 3,7% del total mundial, en comparación con el 2,4% de la aviación comercial. Sin embargo, las consideraciones van más allá de la electricidad y las emisiones de carbono.
Una parte de la ecuación de la sostenibilidad de los centros de datos que a menudo se pasa por alto es el uso de agua dentro de los centros de datos en la nube, pero esto es igualmente crítico e impactante y también requiere un enfoque concertado por parte de los líderes empresariales.
Los centros de datos a hiperescala están adoptando cada vez más sistemas de refrigeración a base de agua, ya que son más eficaces, más eficientes y más escalables. Sin embargo, si bien pueden reducir las emisiones de carbono, también existen otras preocupaciones ambientales sobre el consumo de agua.
Los centros de datos pueden consumir cantidades astronómicas de agua. Por ejemplo, se cree que los centros de datos de Google utilizan aproximadamente 550.000 galones de agua cada día, es decir, más de 200 millones de galones cada año. Esto es especialmente preocupante en regiones que experimentan escasez de agua y donde el cambio climático está elevando las temperaturas globales.
Los centros de datos también suelen utilizar productos químicos (como biocidas e inhibidores de corrosión) en sus sistemas de refrigeración para evitar el crecimiento microbiano y mantener la eficiencia del sistema. Estos productos químicos pueden potencialmente filtrarse a las aguas residuales, causando problemas a las tierras y poblaciones circundantes.
Los centros de datos generan aguas residuales a través de la purga de las torres de enfriamiento, la limpieza de equipos y otras actividades necesarias. Los productos químicos presentes en estas aguas residuales pueden afectar los ecosistemas locales si no se tratan de manera efectiva y requieren una eliminación adecuada para evitar daños ambientales.
Mientras tanto, la IA generativa conlleva una carga ambiental significativa: una búsqueda web con IA generativa utiliza cinco veces la potencia de una búsqueda web tradicional. A medida que las organizaciones prueban y adoptan tecnologías de IA generativa, tanto en el centro de datos como en el escritorio, es imperativo rastrear y analizar cómo esto afecta el impacto ambiental de una organización. También se debe realizar un análisis de costos y beneficios para garantizar que el uso de Gen AI siga mereciendo la pena.
Controlar los objetivos de sostenibilidad
Equilibrar la innovación con la sostenibilidad no es fácil, pero aquí hay una lista de verificación rápida de cómo los líderes de TI pueden marcar la diferencia.
- Si su organización todavía ejecuta centros de datos locales, se puede lograr eficiencia mediante la consolidación de servidores, la mejora de los sistemas de refrigeración, la adopción de hardware energéticamente eficiente y la ampliación de los ciclos de vida del hardware. De hecho, todo esto servirá para reducir el impacto ambiental de la infraestructura de TI de una organización.
- Cuando se utilizan centros de datos en la nube, minimizar su huella es clave. Un aspecto crítico de esto es la refactorización de las cargas de trabajo a medida que se migran a la nube. Esto significa renunciar al enfoque mayorista, de elevación y cambio para migrar cargas de trabajo locales.
- Las tecnologías de contenedores son una excelente manera de aumentar la innovación y al mismo tiempo reducir la cantidad de recursos del centro de datos que se consumen.
- Adoptar los principios de la informática de punta, de modo que los datos se procesen más cerca de la fuente de datos o del usuario, y combinarlos con contenedores también puede marcar una gran diferencia. Por ejemplo, puede mejorar los tiempos de respuesta acercando los recursos informáticos a donde se necesita la información y, a su vez, reducir el consumo de energía de los centros de datos en la nube.
Los líderes de TI tienen las claves tanto para la innovación como para la sostenibilidad. Está claro que el impacto medioambiental de los centros de datos en la nube es significativo y sigue creciendo, y debe abordarse. Al tomar decisiones conscientes, se puede lograr el éxito empresarial y el progreso tecnológico sin comprometer la salud del planeta.
Pero construir un futuro donde la tecnología de punta y la innovación coexistan armoniosamente con la gestión ambiental y el futuro seguro de nuestro planeta requerirá colaboración y esfuerzo grupal.