Hoy, quizás más que nunca, el panorama empresarial cambia constantemente.
La recuperación posterior a la pandemia dio paso a la adaptación posterior a la crisis energética, y constantemente surgen nuevos desafíos para las organizaciones a nivel mundial. Y no son solo los cambios los que están abordando las empresas; está luchando en múltiples frentes. Los vientos en contra económicos, el medio ambiente, las regulaciones sociales y de gobierno (ESG), la inestabilidad geopolítica, la inteligencia artificial (IA) y el aumento de una fuerza laboral híbrida son solo algunos de los factores que dan forma a la forma en que operan las empresas en la actualidad.
Una cosa está clara: para tener éxito en este entorno multifacético y en constante cambio, las empresas deben poder invertir estratégicamente y adaptarse de manera rápida y efectiva para mantenerse a la vanguardia.
El rol evolutivo de la tecnología corporativa
A medida que las empresas intentan prepararse para lo que podría estar en el horizonte, no hay duda de que el papel de la tecnología corporativa está evolucionando.
La tecnología no es solo una herramienta para aumentar la productividad de una empresa. Hoy, junto con su gente, es el activo más importante que posee una organización. Es la plataforma donde ocurren la eficiencia, la resiliencia y la flexibilidad, gracias al acceso a datos y análisis, y también es donde tienen lugar las mejoras en la experiencia del cliente y la innovación de productos.
Y si bien la tecnología juega un papel operativo vital, es importante recordar que también es esencial para mejorar la experiencia de los empleados (EX) al brindarles la plataforma adecuada para hacer su mejor trabajo para mejorar los resultados.
Sin embargo, debemos reconocer que la tecnología es una de las inversiones más importantes, ya menudo iniciales, para las empresas. Y dados los vientos en contra de la economía mundial, durante los próximos meses, “la priorización será fundamental ya que los directores de información (CIO) buscan optimizar el gasto mientras usan la tecnología digital para transformar la propuesta de valor de la empresa, los ingresos y las interacciones con los clientes”, afirma Gartner.
Un futuro circular
A medida que la inversión estratégica en tecnología se vuelve cada vez más vital, las regulaciones ESG y los requisitos de informes relacionados con los desechos electrónicos y la gestión de recursos también se vuelven más estrictos.
Hoy, más del 90% de la pérdida de biodiversidad se debe a la extracción y procesamiento de recursos naturales. La tecnología de fabricación es intensiva tanto en carbono como en materiales, por lo que es crucial que las empresas consideren cómo sus inversiones en tecnología demuestran un compromiso con las prácticas corporativas sostenibles.
Esto, junto con la presión económica que enfrentan los departamentos de TI, podría llevar a los CIO a considerar la posibilidad de mantener los activos tecnológicos en uso por más tiempo o hasta que estén listos para ser eliminados. Después de todo, según McKinsey, en las grandes empresas: “El mayor culpable del carbono son los dispositivos de usuario final”, como los teléfonos inteligentes.
Sin embargo, la tecnología heredada realmente puede obstaculizar la capacidad de crecimiento y evolución de una empresa, exponiéndola a tiempo de inactividad y riesgos innecesarios, incluidos los regulatorios, ambientales y de seguridad.
Estar encerrado en modelos de propiedad tradicionales también puede sobrecargar una empresa con costos de mantenimiento imprevistos y los desafíos de la gestión, el cumplimiento y la eliminación de dispositivos sin ofrecer la flexibilidad para adaptarse al ritmo de los nuevos avances tecnológicos.
En este contexto, las soluciones circulares como servicio que permiten a las empresas acceder a los dispositivos durante un cierto período de tiempo y luego restaurarlos, para que puedan reutilizarse, marcan muchas casillas.
En primer lugar, estos modelos circulares pueden ofrecer una ventaja financiera en comparación con los de propiedad tradicional, gracias a que el proveedor de servicios tiene en cuenta el valor residual de los activos. También ofrecen beneficios operativos, ayudando a las empresas a obtener un mejor control de su pila de tecnología y optimizar el gasto adaptándolo a sus necesidades reales.
Fundamentalmente, permiten a las empresas incorporar criterios ESG en sus estrategias tecnológicas y procesos de toma de decisiones desde el principio, en el momento de la adquisición, en lugar de como una respuesta reactiva una vez que las soluciones tecnológicas ya están implementadas.
Los modelos comerciales circulares como servicio también eliminan las cargas de seguridad, ambientales y reputacionales de la administración al final de su vida útil de la tecnología y los datos que quedan en ella para las empresas. Todo mientras admite ciclos de actualización regulares y predecibles para mejorar la experiencia del cliente y del empleado.
Y dado que se espera que la economía circular sea “la única economía” para fines de la década, los modelos comerciales circulares pueden ayudar a las organizaciones a preparar sus operaciones para el futuro de acuerdo con los requisitos regulatorios actuales y esperados, un paso crucial para mantenerse a la vanguardia.
El futuro no esperará
Está claro que optimizar la inversión en tecnología es crucial no solo para garantizar que las empresas obtengan lo mejor de sí mismos, sino también para fomentar la competitividad, la flexibilidad, el cumplimiento y la adaptabilidad que pueden actuar como un seguro en tiempos de incertidumbre. Para las empresas, el riesgo de quedarse atrás es quizás el mayor riesgo de todos, especialmente frente a la rápida evolución de la tecnología como la IA y un entorno regulatorio en rápido desarrollo.
El truco consiste en encontrar un enfoque de gestión de la tecnología que facilite el acceso flexible y rentable a la última tecnología, con credenciales integradas de sostenibilidad, seguridad y generación de informes, para que cada activo tecnológico pueda funcionar a su máximo potencial.
Así es como las organizaciones pueden garantizar su éxito y resiliencia a largo plazo en un mercado en constante cambio, al mismo tiempo que demuestran su compromiso con las prácticas comerciales sostenibles.