Hace poco me enfrenté al desafío de migrar un sistema de gestión de activos digitales a la nube. Como parte de esto, tuve que migrar terabytes de datos en hardware heredado a un nuevo proveedor. Agregue a esto el hecho de que el hardware de almacenamiento estaba ubicado en una oficina con personal en una zona rural de Inglaterra con velocidades de Internet significativamente limitadas.
Al final, logré negociar un acuerdo con un centro de datos cercano para permitirme copiar datos físicamente a un disco duro externo, conectarlos a un servidor alquilado en un centro de datos de terceros y luego subirlos a la nube desde el centro de datos de alta velocidad. Conexión a internet gigabit. A pesar de todas las partes móviles y los controles de seguridad asociados con el acceso al centro de datos, el plan funcionó sorprendentemente bien.
Los tiempos han pasado y las cosas se han vuelto más fáciles. Hoy en día, Amazon Web Services incluso ofrece un servicio Snowball en el que le enviará físicamente hardware en el que puede cargar sus datos y enviarlos de vuelta a AWS para cargarlos en la nube.
Los proveedores de la nube ofrecerán hoy en día muchas soluciones diferentes para aparentemente el mismo problema. Un ejemplo de esto es el almacenamiento en la nube híbrida, que permite a las empresas mantener simultáneamente sus datos tanto en sus propias instalaciones como en la nube. Al navegar por el panorama aparentemente siempre complejo de los nuevos productos en la nube, es importante tener en cuenta la simplicidad. La complejidad innecesaria agregada ahora simplemente resultará en mayores dolores de cabeza más adelante.
La búsqueda implacable de la simplicidad es un rasgo enormemente ventajoso para un ingeniero, pero en muchos sentidos va en contra de la naturaleza humana. En un estudio reciente publicado en Naturaleza, la mayoría de los participantes favorecieron la suma sobre la resta al intentar resolver un problema. Para los ingenieros, lograr la simplicidad se basa en satisfacer los requisitos comerciales sin agregar una complejidad innecesaria que dificulte los cambios futuros.
En el ejemplo del almacenamiento en la nube híbrida, hay casos en los que dicha tecnología puede ser beneficiosa, por ejemplo, cuando se necesitan velocidades de acceso de baja latencia en el sitio. Sin embargo, sigue siendo esencial considerar si es la solución más simple para cumplir con los requisitos en cuestión.
Con demasiada frecuencia, por diferentes razones, adoptamos tecnologías que introducen mucha más complejidad de la que necesitamos, lo que nos causa dolores de cabeza en el futuro. Al enfocarnos en la simplicidad y cumplir con los requisitos comerciales en cuestión, podemos crear soluciones que sean mejores tanto para el negocio como para los tecnólogos.
Junade Ali es un tecnólogo experimentado interesado en la gestión de la ingeniería de software, la investigación de seguridad informática y los sistemas distribuidos.